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El tiempo de duración de aquellas comuniones solía ser de quince minutos. Garabandal en este p.unto, como en tantos otros, venía a la Iglesia con. el ademán misericor– dioso y saludable de ofrecer a tiempo unas recti– ficaciones del Cielo a ciertas desviaciones que se estaban ya fraguando para mal de la Iglesia de la tierra. Las noches de los GRITOS En el umbral de la grnn fiesta eucarística de 1962, la del "Corpus", que cayó en el jueves 21 de junio, se vivieron en Garabandal dos noches que no serán fácilmente olvidadas. Y tres días antes de la fiesta ocurrió, en el plano de las apariciones, algo que no ha sido resaltado, me parece, en debida forma: la nueva presencia del arcángel S. Miguel. No s~ trataba sólo de venir, como de puntillas, para dar la comunión a las niñas, sin espectacularidad alguna, .a cualquier hora y en cualquier lugar. Ahora venía a tqmar parte activa en una especia de "relanzamicnto" de todo aquello. El 18 de junio anotó D. Valentín: "J\l anochecer fue Mari Cruz. al "Cuadro", y allí se quedó en éxta– sis... ; y después Juc por el pueblo. J\l poco tiempo salieron de casa Jacinta y Loli: fueron también al Cuadro y allí cayeron en éxtasis. Dicen que vieron, o mejor, estuvieron con el Angel..." 161
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