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!las sobre las duras piedras de la Calleja, y contempla– ban extáticas, fuera de sí, y de su entorno, un ser o figura de luz, que desde luego no era "de este mundo". -"Se nos apareció una figura muy bella, con muchos resplandores, que no lastimaban nada los ojos...", escribiría más tarde una de las cuatro niñas, Conchita (2). ¿De quién se trataba? De momento ellas sólo supie– ron hablar de un ángel... Pero aquella noticia conmo– vió al pueblo; aunque todos empezaron por mostrarse muy reacios a creer. Los quince días del Angel Al día siguiente, 19 de junio y lunes, las cuatro niñas tuvieron que hacer "lo de todos los días", a pesar de lo ocurrido el anterior y de los muchos comentarios que había suscitado. Mas por la tarde, al salir de la escuela, ellas se fueron a rezar a la Calleja, al mismo lugar de la víspera, por ver si se repetía la "aparición". (2) fsta niña. al caho de cierto tiempo y pasadas ya muchas cosas, empezó a escribir una especie de "memorias" en un cuaderni– llo escolar: lo hizo por consejo o imposición de personas respeta– hlcs y le salió un hrcve e interesante relato. que se llama comúnmente "Diario de Conchita'.'. Hay de él una edición francesa. con ahundantes notas del P. Ramón Mª Andreu. S.J.: también hay edición en español. hecha en Méjico por el sacerdote D. Gustavo Morclos. Yo. al elaborar mi historia de los "sucesos" en Garaban– dal. he utilizado el texto manuscrito de Conchita en fotocopia. 14