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río que nosotros los recordemos y revivamos personal y comunitariamente, siquiera cuando llega su conmemo– ración anual en la Liturgia. La Iglesia viene atendiendo a eso desde siempre. a tavés de muy cuidadas "celebraciones" cultuales (¡ojo! no confundir el culto con la cultura). Pero también el pueblo cristiano se ha cuidado de ello por su parte y a su manera ... : y quizá muy especialmente en estas nuestras tierras de España. De aquí el proliferar de cofradías. ''pasos", desfiles procesionales. predicaciones y esceni– ficaciones sacras... La Semana Santa del pequeño y pobre San Sebas– tián de Garabandal no podía competir con las de muchos otros lugares de nuestra Península Ibérica: pero esta Semana Santa de 1962 turn allí tal ·•ambien– tación" que resultó verdaderamente única. Por primera vez en su historia ,·ió el pueblo llegar numerosos forasteros que venían a pasar allí los días "santos". Y llegaban hasta de muy lejanas tierras ... E\·i– dentemente no venían por el. pueblo: ,·enían porque Alguien parecía hacer sentir en el pueblo su presencia ... Alguien de quien todos necesitamos. y para lo que más nos afecta. Así llegó a Garabandal. a primera hora de la tarde del Viernes Santo. 20 de abril. una señora de Ba.rce– lona .. bien conocida allí por su posición sociaL bien conocida en el resto de España por su actiYidad de escritora. con varios premios literarios de importancia en su haber: Dña. Mercedes Salisachs de Juncadella. 140