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tuviera alguna "atención" hacia ella, se cumplió ventu– rosamente: "El dfa de la Inmaculada me vino a felicitar la Vir– gen... Venía muy sonriente, y lo primero que me dijo fue: ¡Felicidades! "Vino por la tarde. y dicen que estuve mucho rato en éxtasis; pero a mí se me hizo muy poquitín. Y des– pués de ese rato, dijo que se marchaba para que yo cenase". · "Y después de cenar, vino otra vez. Y dicen: que fui hasta donde tuvimos. la primera aparición, y que bajé de espaldas hasta casa, y que volví a salir y recé el rosario por las calles, y que visité a todos los enfermos del pueblo, y que les di a besar el crucifijo..." "De esto, ya sabe usted que yo no me doy cuenta, que es lo que luego me dicen. Hasta el 27 de enero ya no la vuelvo a ver". (De una carta suya al Sr. Cura de Barro, 13-XII-61). Así pues, el referido 8 de diciembre la Madre del Cielo tuvo atenciones delicadísimas con su hija Con– chita, que celebraba en tal día su fiesta onomástica; pero no sólo para ella fueron las atenciones, que la Virgen tiene muchos otros hijos... Por los pocos datos que anteceden (podrían multi– plicarse), bien podemos imaginarnos cómo se vivió en 121
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