BCCCAP00000000000000000000937

mente sólo Conchita en éxtasis..., y cómo ésta se retiraba a su casa... "Sufrí en aquel momento una tremenda decepción, al ver que mi oración no había sido escuchada y que en consecuencia mis dudas parecían tener fundamento ... "Estaba saboreando amargamente esto, cuando...". Vio con sorpresa que la puerta de la casa se abría, empezó a salir alguna gente y detrás, la niña en su característica postura de éxtasis... "Vino derecha hacia mí, llegó al recoveco donde yo me había escondido, se me puso delante y ¡por tres veces me dio a besar el crucifijo que llevaba en la mano! La respuesta estaba tan clara, que se disiparon todas mis dudas. al menos por el momento". Hace muy bien el Sr. Ruiloba en poner esta última salvedad, "al menos por el momento", porque en Gara– bandal se diu mucho una cierta disposición interior de. la que se quejó Jesús en sus días: "Si no véis de conti– nuo señales y prodigios, no creéis". (J n. 4. 48). Este mismo señor, nada fácil para creer sin reser– vas, pudo presenciar por entonces otra auténtica mara– villa. Fue en el curso de una marcha extática que hacían conjuntamente Jacinta, Loli y Conchita. Hacía mal tiempo, propio de la estación, y el pueblo tenía las calles con mucho barro. "Conchita iba entre las otras dos y de pronto el crucifijo que llevaba en las manos puestas sobre el pecho se le cayó. No debió de advertirlo, porque la 114

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz