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de ser mejores; y no me faltaba buena voluntad para procurarlo. Pero siempre me estaban asaltando las dudas a propósito de las cosas de Garabandal, y cuando subía allí -cosa que hacía con frecuencia-, andaba a la caza de la posible parte negativa, no preci– samente porque yo tuviera algo contra aquello, sino por afán de esclarecer los hechos, con elfin de aquila– tar mejor la verdad. "Pues bien, uno de aquellos días de otoño de 1961. no recuerdo exactamente la fecha, llegué al pueblo con una gran preocupación por todo lo que estaba suce– diendo allí... "Llegué ya de noche, pues los dí&s se habían acor– tado considerablemente y a .mi llegada las niñas anda– ban ya en éxtasis. Me quedé a propósito en un sitio apartado, un lugar que no solía ser de paso en aquellas tan conocidas marchas extáticas de las niñas; y. siem– pre atormentado por mis dudas, empecé a decir men– talmente: "Virgen Santísima, ¡hay que ver la cantidad de gente que ha ido viniendo a ver esto!; y pensar que si esto fuera mentira.... ¡el daño que podría seguirse! Te pido, para que yo acabe de ver que es tuyo todo esto que aquí ocurre, te pido, que, aún estando yo tan apar– tado como ahora estoy, venga una de la niñas de dónde esté a darme a besar el crucifijo". Narra a continuación el Sr. Ruiloba cómo desde su rincón pudo observar no poco de.lo que estaba ocu– rriendo con las niñas en la calle.... cómo quedó final- 113