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la Virgen.cuando bajaban de los Pinos... De allí rn él a casa de Conchita. quien confirma plenamente lo de su compañera: "Sí, la Virgen me ha dicho todo lo que usted estaba pensando, y dónde lo estaba pensando... Y usted sufría mucho. Me ha encargado que le advierta que todo esto le ha pasado para que en ade– lante, acordándose de ello, no vuelva a dudar más". -"Al día siguiente -ha referido mús de una Yez el Padre-, sobre una pormenorizada fotografía de los Pinos y sus alrededores. Conchita me fue señalando c'on el dedo cada uno de los puntos donde yo había estado y lo que en cada uno había pensado... Puedo asegurar que no se equivocó en nada. "Como efecto de todo aquello. yo estun~ quince días, si no como sonámbulo, sí con una impresión tre– menda. Porque, cuando en mi vida me había creído más solo. más solitario. bahía estado de hecho controlado por Alguien hasta. en mis más recóndi_tos pensamien– tos.... que fueron tan fácilmente desvelados a aquellas niñas por la misteriosa Persona que ellas decían ver". No todos tuvieron la "gracia" que se le concedió al P. Andreu. Una inmensa multitud descendía en condi– ciones infernales por los difíciles caminos de Garahan– dal, y ¡cuántas llevaban en lo íntimo una oscura noche de decepción! Como le pasaba a nuestra testigo Dña. María: "La avalancha de gente bajaba con prisas. a toda velocidad, resbalando y empujando. Y para que no 106