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la aparición del 4 de jufü>, nos (Jijo: "¿Sabéis qué quería decir el letrero que traía el Angel?... Pues quería decir un Mensaje, que yo os voy a decir ahora, para que el 18 de octubre lo digáis vosotras al público". Y nos lo clijo. ''Y luego nos explicó qué quería decir este Mensaje y cómo nosotras lo teníamos que decir el 18 de octubre en el portal de la iglesia..., y D. Valentín después, a las diez y media ·de la noche, en los Pinos". Pero no fue eso lo que se hizo. Los "comisionados" se creyeron con atribuciones para cambiar un pro– grama que posiblemente venía del Cielo... y presionaron autoritariamente a D. Valentín, el párroco, para que se adelantara y simplificara todo. A eso de las 8 de la tarde, D. Valentín fue en busca de las niñas para hacer las cosas a te~or de lo que querían los "comisionados". Y pronto se corrió por todas partes la voz: "A los Pinos, a los Pinos..." -Marchábamos, dice de nuevo Dña. María, a trompicones en la oscuridad, chapoteando en una especie de riada de lodo, piedras y palos que bajaba de la vertimte de los Pinos; nos caíamos, rodábamos a veces, gateábamos echando mano a las piedras grandes del .suelo o a las zarzas de las orillas... Y a pesar de tantas caídas y trompicones, no supe de nadie que se rompiera un hueso o se lastimara de verdad: ¿no parece asombroso? "Debo confesar que yo acabé la subida de bastante mal humor..., que se aumentó al no encontrar allí un 101