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"Aquel 18 de octubre de 1961 -atestigua Dña. María Herrero de Gallardo-'- amaneció lloviendo a cántaros en toda la provincia de Santander. Nosotros salimos a buena hora de la capital de la Montaña y ya en el alto de Carmona tuvimos qué ponernos en cara– vana; una larguísima caravana de coches que nos pre– cedían y que sin duda iban, como nosotros, hacía S. Sebastián de Garabandal... "En Cossío pudimos al fin encontrar- un palmo de terreno donde dejár nuestro coche; y ahora teníamos por delante, para hacerlos a pie, seis kilómetros terri– bles". "La lluvia, que no paraba, había convertido todo el camino de subida en un resbaladizo lodazal. Soste– niendo en una mano el paraguas y teniendo a punto la otra para los continuos resbalones, emprendimos la marcha.... Recuerdo aquella ascensión como un verda– dero camino del Calvario. ¡Yduró más de tres horas!" En medio de tantas penalidades, y a pesar de Íos cuerpos maltrechos, los corazones de quienes subían, v a veces también los labios, tenían letra y música de sal– mos festivos: "Hacia ti, morada santa, hacia ·ti, tierra de Salvación, peregrinos, caminantes... , ¡vamos hacia ti!. .." El pueblo se iba llenando de estos caminantes pere– grinos, que no cesaban de llegar. ¿ Y cuál era allí el ambiente? 98