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mativas o estimativas, sin llegar nunca a verdadero «documento» oficial con las formalidades canónicas precisas para dejar «sentenciada» la causa; b) la jerarquía diocesana, aún pronunciándose abiertamente sobre temas de su competencia, puede equivocarse, cayendo en error e induciendo al mismo, y no son pocas las pruebas que de esto tenemos en la historia de la Iglesia; c) asimismo, la jerarquía diocesana puede proce– der con desacierto y parcialidad en la tramitación de un asunto... 3ª.- Nada impide, por tanto, a un cristiano creer de corazón en la VERDAD de Garabandal, si cuenta con buenas razones para ello. 4ª.- Quien tome en sus manos este libro, cuide de llevar adelante su lectura con espíritu limpio, porque a una limpieza así está prometido el «ver a Dios»; y sin demasiada impaciencia, porque puede perderse no pocas, «margaritas»: marcar la lectura con pausas de meditación .es la manera de acertar. 5ª.- Este. modesto libro sólo pretende «introdu– cir» a lbs de buena voluntad en el conocimiento de Garabandal... Quienes deseen adentrarse más en ese conocimiento, porfuerza habrán de leer otros libros; especialmente, creo, el titulado "SE FUE CON PRI– SAS A LA.MONTAÑA ·: que es, hasta ahora, la única historia global de aquellos sucesos. 8