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Los israelitas dan vueltas en torno a Jericó i. Toma. de Jericó. (Jos. 6). Una vez pasado el Jordán, s-e establecieron en Guilgal. Aquí celebra– ron 1a Pascua y comieron, por primera vez, los frutos de la Tierra Pro– metida. A partir de entonces, la Biolia dice que cesó de caer el mila– groso maná. A dos o tres kilómetros de Guilgal había una dudad fuerte 0 mente fortificada: Jericó. Dios manda a Josué que la destruya. Para ello se organiza, durante siete días, una solemne procesión en torno ·a los muros dé la ciudad. 'Al séptimo día, se produce un fuerte sonar de. ,trompetas y el pueblo entero lanza un estruendoso grito de guerra, y los muros de la ciudad se desmoronan 'por sí solos. Los israelitas pene 0 ,tran a sangre y fuego. . Otras ciudádes de la montaña silfren muy pronto el mismo destino. La fama de J osué se extiende por toda Palestina y algunos reyezuelo~ hacen pacto con los hijos de Israel. Nadie era capaz de resistir al cau~ dillo israelita. En una campaña militar rápida sometió a su poder las principales ciudades del centro, del sur y del norte de Palestina. Esto significaba el golpe de gracia contra el poder de los cananeos. En tiem– pos posteriores, cada tribu o grupo de tribus irían afianzándose más y más en los lugares conquistados. La batalla más famosa fue la de Ga- 69

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