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Carmelo, donde tienen lugar los hechos principales de la vida del profeta Elfos. Ebal y Garl.zim, en Samaria. Olivete, junto a Jerusalén. Nebo, en Transjordania. Clima. Palestina tiene un clima suhtropical. La temperatura varía se– gún las ,diversas regiones, En la ,montaña es más duro que en la costa y valle del Jordán. En Jerusalén, que está en la montaña, 1,uele nevar tres o cuatro días al año. Durante los meses de junio-septiembre es muy raro que caiga una gota de agua. La estación de las lluvias comienza en oc– tubre y dura hasta mayo. La vegetación varía también según las zonas. Las plantas más celebradas en la Biblia son el olivo, la higuera y la vid. Se dan también naranjos, limoneros, palmeras, pinos, etc. 3. Paso del Jordán. Cuando murió Moisés, los israelitas estaban acampados en los lla– nos de Moab, al norte del Mar Muerto. Un buen día, se escuchó la orden de combate. Era necesario levantar las tiendas y dar el paso decisivo: atravesar el Jordán y establecerse en la tierra que Dios había prometí· <:to dar a Israel. El autor sagrado pone en boca, de Dios estas palabras dirigidas a Josué, nuevo caudillo: Moisés, mi siervo ha muerto. Ahora, pues, ve y pasa ese Jordán, tú y todo tu pueblo. Nadie podrá resistirte en todos los días de tu vida. Como estuve con Moisés, estaré también contigo (Jos. 1, 2-6). El campamento se puso en marcha y llegaron al Jordán. Era la época de la siega. El río bajaba abundante a causa del deshielo producido en el monte Hermón. Aquello parecía constituir un obstáculo grande. Pero Dios interviene milagrosamente: las aguas que venían de arriba se detuvieron tan pronto como los sacerdotes que lle– vaban el arca santa tocaron las orillas del río. El pueblo todo pudo pasar a pie enjuto. Los sacerdotes que llevaban· el arca permanecieron en el centro del río hasta que. todos hubieron pasado. Después, las aguas volvieron a su cauce normal. · . La tradición ha situado el milagroso acontecirrüento a 1a altura de Betabara. Según una tradición cristiana, en e~e mismo lugar fue bauti– zado también Jesús. Por eso, el. paso del Jordán es también. figur<cl de nuestro bautµ;mo, en virtud del cual pasamos a la tierra prometida, la ÍgÍesia. · · 68

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