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decir contra el pueblo de Dios. Las amenazas de Balaq' fueron inútiles. Balaam sólo acertaba a pronunciar bendiciones. Entre estas bendicio– nes, todas hermosísimas, hay una muy célebre, en la que se anuncia, de forma oscura; la venida del Mesías: Lo veo, pero no de cerca. De Jacob se levantará un.a estrella y de Isr:1el saldrá un cetro (señal de mando) (Núm. 24, 17). Esta estrella misteriosa no es otra cosa que el Mesías. 4. Profecías y muerte de Moisés. Los israelitas llegaron a los llanos de Moab y allí se establecieron. Al otro lado del Jordán estaba la Tierra Prometida, la tierra que mana leche y miel. El libro del Deuteronomio ( = segunda ley) se presenta como una serie de discursos que pronuncia Moisés ante todo el pueblo :i:eunido en los llanos de Moab. En estos discursos se hace resaltar el amor y la predilección de ,Dios para con Israel, y, a su vez, se insiste en el deber sagrado del amor a Dios sobre todas las cosas: Escucha, Israel, Yahvé es el único Dios. Tú amarás a Yahvé, tu Dios, con todo tu cora, zón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas. Que estas palabras queden grabada:S en tu corazón (6, 4--6). Entre los dichos que el Deuteronomio atribuye a Moisés, hay una . profecía mesiánica, en la que se anuncia el Mesías · como profeta que comunicará a los hombres la ley divina, la voluntad de Dios, y a quien todos deberán obedecer: Y o suBcitaré de en medio de sus hermanos -dice Dios-un profeta semefanie a ti. Pondré mis palabras en su boca y él les anunciará todo lo que yó les quiero mandar. Si alguien no escu– cha esas mis p~iabras, yo mismo le pediré cuenta» (Dt. 18, 18-19). Los días de Moisés llegaban a su fin. Subió al monte Nebo, y desde la cima denominada Pisga, situada frente a Jericó, Dios le mostró toda la Tierra Prometida y le dijo: A tu posteridad se la daré. Te la he pues– to ante tus ojos, pero allí no has de pasar. Sobre la cima murió Moisés, el gran caudillo del pueblo escogido. Los israelitas lo lloraron durante treinta días. El Deuteronomio termina con estas palabras: « Ya no se le– vantó en Israel profeta cual Moisés, a quien Dios trató cara a cara,. (34, 10). TU VIDA Una idea: Los males de esta vida los permite Dios para que expiemos con elfos nuestras faltas, nos convirtamos a Dios y cola– boremos en la salvación de nuestro prójimo, sufriendo por él. 64

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