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libros sagrados, este alimento providencial de Dios lo tuvieron los i~rae• litas hasta que penetraron en Canaán. 4. Moisés en el monte Sinaí. En su peregrinar hacia la Tierra Prometida, los israelitas llegaron al monte Sinaí, llamado también monte Horeb, una montaña muy alta, que se encuentra en la parte sur de la península del Sinaí. Al pie de 1.a montaña hay una gran llanura, donde acampó el pueblo. En esta monta– ña santa tiene lugar el hecho m.ás importante de la historia sagrada del Antiguo Testamento: la alianza sagrada entre Dios y su pueblo, sirvien– do Moisés de intermediario. Dios prometió al pueblo: Si escucháis atentamente mi voz y guardáis mi alianza, seréis entre todos los pueblos mi propiedad particular (Ex. 19, 6). Después se dio orden para que el pueblo entero se purificase de toda mancha, pues al tercer día iba a suceder algo importante: la bajada de Dios sobre la montaña, a vista de todo el pueblo. Así sucedió. Acom– pañado por un extraño cortejo de truenos, relámpagos, fuego y humo, Dios descendió sobre la cima del Yebel Musa, el monte Sinai. La mon– taña entera temblaba reciamente. El pueblo, desde lejos, contemplaba estremecido los acontecimientos. Y Moisés subió hacia la cumbre para hablar con Dios. Moisés baja del Monte Sinaí