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a Jacob para decirle: Corre a tu rebaño y escoge los dos mejores cabri• .tos. Yo los prepararé según el gusto de tu padre. Tú ·se los llevarás, pre• sentándote a él como si fueras Esaú, y él te bendecirá. Así se hizo. Para mejor engañar al ciego Isaac, Rebeca vistió a Jacob c.on los vestidos de Esaú y cubrió .su cuello y sus manos con piel de cabrito, pues Esaú te– nía todo su cuerpo cubierto de pelo. Cuando Jacob se presentó ante su padre con el manjar preparado, Isaac lo llamó hacia sí para saber si verdaderamente era su hijo Esaú. Lo palpó y dijo: La voz es de Jacoh, los brazos son de Esaú. Después que hubo comido, abrazó a su hijo y, al sentir el perfume de sus vestidos, exclamó: ¡Oh! El perfume de mi hijo es como el perfume de wi campo fértil que ha bendecido el Señor. Que las naciones te sirvan. Sé señor de tus hermanos. Maldito quien. te maldiga y quim te bendiga sea bendito. Apenas hubo terminado la bendidó:p. solemne, llegó Esaú. Era de– masiado tarde. No había ya bendición especial para él. Jacob sería para siemp:.r·e su señor. Desde entonces Esaú comenzó a odiar a muerte a su herma110. Huida de Jacob. Pero Rebeca intervino de nuevo a favor de su hijo predilecto. Lo en– vió a Mesopotamia, para que pasara allí unos años y buscase esposa entre los familiares allí residentes. Jacob partió de Beerseba e hizo una primera parada en Luz, al norte de Jerusalén. Era de noche y tuvo un Sueño misterioso de Jac.ob 37

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