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Cuando regresaba victorioso, le salió al enouentro Melquisedec, sacer• dote del Dios Altísimo y rey de Salem (Jerusalén), ofreciéndole pan y vino, para que reparara fuerzas, y después lo bendijo. Abraham le . dio parte de los bienes cogidos a los enemigos. Los santos Padres de la Iglesia han visto en este ofrecimiento de pan y vino un símbolo, una figura de la Eucaristía. En el Canon de la Misa se recuerda este sacrifl• do, esta ofrenda de Melquisedec. 3. Castigo a las ciudades de la Pentápolis. Un día estaba Abraham sentado a la sombra del encinar de Mambré, en las cercanías de Hebrón. De repente vio que se acercaban tres per– sonajes misteriosos. Corrió ,a su encuentro, se postró en tierra en. señal de reverencia, y les pidió que pasasen a su casa para atenderles conve– nitntemente. Cuando hubieron recibido las atenciones de una cordial hospitalidad, los tres personajes se pusieron en camino, en dirección a Sodoma. Uno de ellos dijo a Abraham: El clamor contra Sodoma y Gomarra es grcmde sobre manera. Su pecado es nmy grave. Abraham comprendió que el Señor iba á destruir las ciudades pecadoras e inter– cedió por ellas en nombre de los posibles justos que en ellas podría haber. Si siquiera hubiese en la ciudad diez justos ¿no los perdonarías? -terminó suplicando Abraham. El Señor se lo prometió. Pero la mal– dad estaba tan extendida que fue imposible encontrar esos diez justos. Los dos ángeles que iban con el Señor sacaron a Lot y a toda su fa.. milia de Sodoma, pues Lot era justo y no se había contaminado con los pecados de las ciudades .malditas. Apenas había .salido Lot y su fami– lia de la ciudad, Dios hizo caer sobre Sodoma, Gomarra y otras tres ciudades una nube de azufre y fuego que las destruyó totalmente, junto con todos sus habitantes. Estas cinco ciudacles-Pentápolis-estaban si– tuadas probablemente al sur del Mar Muerto. El relato bíblico nos dice·que la mujer de Lot, al salir huyendo, miró hacia atrás y quedó convertida en una estatua de sal. Se trata sin duda de la explicación popular de alguna de las muchas figuras salinosas, en forma de hombre o mujer, que se encuentran en el valle del Jordán y al sur del Mar Muerto, y que recoge aquí el autor sagrado para indicar lo desagradable que es a Dios la desobedi~ncia, aun en cosas que aparente– mente tienen .•poca importancia. 4. Ismael e Isaac. Dios había prometido a Abraham una numerosa descendencia. Pero los añbs iban pasando; su mujer, Sara, se hac:a cada vez más vieja y no tenían hijos. Entonces, siguiendo una costumbre de aquellos tiem– pos remotos, tomó Abraham como segunda mujer a una esclava, por nombre Agar, la cual le dio un hijo, a quien llamó Ismael. 31

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