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ABRAHAM Cuando los israelitas se establecieron en Palestina, llevaban consigo, además de la fe en un único Dios creador y remunerador, una serie de recuerdos familiares sobre sus antepasados : Abra– ham, Isaac, Jacob, José ... Estos recuerdos, estas tradiciones fami– liares se iban transmitiendo oralmente, de boca en boca, durante cientos de años. Dios quiso que esas tradiciones de familia, que tenían un gran sentido religioso y moral, se pusiesen por escrito, y así inspiró al autor sagrado para que las escribiera. Son los re– latos que leemos en el Génesis a partir del capítulo 12. Esos re– cuerdos, embellecidos por la imaginación popular en el curso de su transmisión oral, reflejan bastante bien el carácter y la vida de los personajes a que se refieren. Muchos episodios están escritos con una clara finalidad religiosa. Y es esta lección religiosa la que, ante todo, debemos aprender. 1.a figura de Abraham tiene una importancia grandísima en el plan salvador de Dios. El es el padre del pueblo escogido, el que recibe las grandes promesas. Por otra parte, su fe y su obediencia a Dios hacen de él un modelo perfecto de santidad. Abraham vivió hacia el año 1700 antes de Cr. La Biblia nos cuenta de él muchas cosas. Jesucristo lo recuerda también en sus discursos. t. Abraham y Lot. Abraham procedía de Ur, ciudad situada en la baja Mesopotamia. En compañía de sus padres y familiares se trasladó a Jarrán, en la parte alta de Mesopotamia. Dios tenía sobre él grandes designios. Un día es• cuchó la voz del Señor que le ordenaba : Abandona tu tierra, tu familia, la casa de tu padre y vete a la tierra que yo te indicaré. Haré de ti un gran pueblo, yo te bendeciré y haré grande tu nombre, que servirá de bendición. Abraham obedeció prontamente. Con su mujer, su sobrino Lot, familiares, siervos y siervas, ganados 29

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