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ros padres y en el de todos sus descendientes una gran esperanza, la es– peranza de un Redentor, que nos librase un día del pecado, del demonio y de Ia muerte. Ese Redentor prometido, por el que han ido suspirando todas las_generaciones humanas, es Jesucristo. En li;ls palabras que dirige Dios a la serpiente, tenemos expresada esta gran esperanza del pueblo de Israel: Pondré enemistades entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya, ésta (la descendencia de la mujer, Jesucristo) te aplastará la cabeza y tú intentarás morderle en el talón. Jesucristo, en el árbol de la Cruz, cumplió perfectamente esta pri– mera profecía que encontramos en las páginas de la Biblia. Allí venció totalmente al demonio. Y al lado de Jesús está María, prefigurada en la mujer del paraíso, en Eva. 4. Caín y Abel. (Gén. 4, 1~24). Después de la rebelión del hombre contra Dios, nos presenta la Bi– blia la rebelión del hombre contra el hombre. Es un efecto del pecado original. Esto se pone de manifiesto en el relato bíblico de Caín y Abel. La Biblia presenta a Caín y a Abel como los dos primeros hijos de nues– tros primeros padres, simbolizando en ellos los dos tipos de vida más populares entre los antiguos orientales: el pastor, Abel, y el labrador, Caín. Las simpatías del autor sagrado van hacia la figura del pastor. Abel escogía lo mejor de sus rebaños para hacer sus ofrendas al Se– ñor; mientras que Caín· no hacía lo mismo con el fruto de sus tierras. Dios bendecía y se complacía en los sacrificios de Abel. Por todo ello, en el corazón de Caín fue creciendo una gran envidia· y un odio profundo hacia su hermano. Un buen día, dijo Caín a Abel: Vayamos al campo. Y cuando estuvieron allí, Caín se V'?lvió contra Abel y lo mató. Muy pronto se dejó oír la voz de Dios que le decía: Caín ¿dónde está tu hermano? Caín respondió: No sé, ¿soy yo acaso el guardián de mi hermano? Pero el Señor le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama venganza ante mí desde la tierra. Pues bien, mal~ dito serás y expuls:J!do de esta tierra fértil que _ha sido manchada con la sangre de tu hermano. Y la Biblia nos dice que Caín intentó huir de la presencia de Dios y que marchó a vivir a Nod, al oriente del Edén; que tuvo numerosos descendientes, entre los que se nombra a Yabal, Yubal y Tubalcaín, a los que se les hace fundadores e inventores de la vida nómada, de la músic ca y del trabajo del cobre y del hierro, respectivamente. ,E} relato, más que una historia propiamente dicha, es una narracióI!, popular. iEl autor sagrado, inspirado por Dios, la pone en la Biblia para enseñarnos algo importante: el hombre bueno y sencilla agrada a Dios y atrae sob1-e sí las bendiciones divinas; por el contrario, el malo será castigado y no encontrará nunca paz ·y felicidad en su corazón. 22

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