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comer, pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no comas, porque el día que de él comieres ciertame,nte morirás. Llegó la tentación. El demonio, el ángel caído, sintiendo envidia de la felicidad de nuestros primeros padres, se acercó a ellos y los indujo a quebrantar la ley de Dios. Adán y Eva consintieron y en aquel momento tuvo lugar el primer pecado del hombre, el pecado original. Esto es lo que nos quiere enseñar la Biblia cuando, sirviéndose de hermosos símbolos, pone en escena a Adán y Eva, a la serpiente (sím– bolo del demonio), el árbol del bien y del mal con su fruto prohibido (símbolo de la ley de Dios). El relato de la Biblia es encantador. (Véase la lectura.) Las consecuencias del pecado fueron inmediatas. Nuestros primeros padres se vieron privados de la gracia y privaron de ella a todos sus descendientes; perdieron también el don de la inmortalidad, quedando sujetos a la muerte, al dolor, a la enfermedad. Todo el hombre quedó desordenado. Todo ello está expresado en la Biblia en las palabras de castigo que dirige Dios a nuestros primeros padres y en la expulsión del paraíso terrenal. 3. Promesa de un Redentor. (Gén. 3.15). Dios castigó al hombre, pero no lo abandonó. Y concibe para él un plan maravilloso de salvación. Sembró en el corazón de nuestros prime- 21

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