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cielo y la tierra», es decir, todo lo que existe, lo visible y lo invisible. Todas las cosas proceden, en último término, de Dios. Y Dios no nece– sitó de nada para crear las cosas. Eso sólo lo puede hacer Dios. Los hombres, para hacer una c<;>sa por pequeña que sea, necesitamos siem– pre de .algo. Dios, no. Por eso decimos que Dios es creador, porque hizo de l~ mida todas las cosas. \\ Dios crea con su palabra omnipotente l. Los seis días de la Creación. (Gén. 1, 2-25). El autor sagrado imagina a la tierra envuelta en una gran tiniebla y al Espíritu de Dios volando sobre los abismos, para dar orden y belleza a la creación. ¿Cómo nos describe la Biblia esa creación y ordenación de las cosas? La Biblia nos describe la creacióri y ordenación del mundo como si Dios las hubiera realizado en seis días, haciendo después des– cansar a Dios el séptimo. Esto no lo debemos entender al pie de la letra, tal como suena. El autor sagrado se sirve de los días de la semana para ir colocando en el1os la creación de algunas de las cosas más familiares al hombre -el sol, la luna, las estrellas, los mares, ,fas plantas, los aJJi~ males, etc.-, y para inculcar a los lectores judíos la necesidad de guar, dar el descanso del sábado; una de las prescripciones más. imporhmtes de la Ley. . . -El primer día, dijo Dios: que se haga la luz; y la luz se hizo. Separó Dios la luz de las tinieblas y a la 1uz la llamó día y a las tinieblas llamó noche. -El segundo día, dijo Dios: que haya firmamento, y apareció el fir– mamento y Jo llamó cielo. 15
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