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3. Elementos musicales. Los israelitas solían acompañar la recitación de los' salmos con ins– trumentos musicales. La Iglesia ha admitido y ha fomentado siempre la buena rrnúska; pues la músk"a sirve para des1pertar nuestros sen– timientos y para elevarlos hacia Dios. Tres formas o estilos de música se pueden desarrollar en las Iglesias : El canto gregoriano: Que es el canto propio de la Iglesia; se llama así pues fue S. Gregorúo Magno (hacia el año 600) el que lo renovó. Es sencillo; su ritmo es libre. Lleva siempre un texto latino. Es muy pro– pio para levantar nuestro corazón a Dios. Orgall'lo y armonio Canto religioso popular: También lo admite y lo estima la Iglesia, con tal de que sea digno y sirva para des,pertar buenos sentimientos. Canto polifónico: Se ejecuta a varias voces. Por lo mismo sólo se puede ejecutar dignamente donde hay buenos coros. 157