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dos en que el Mesfas vendría muy pronto y se consideraban oomo los «elegidos de Dios». El año 1947 se encontró un monasterio de esta sec 0 ta en las cercanías del Mar Muerto, en un lugar llamado Jirbet Qumram. No participaban en el culto del Templo y practicaban frecuentes ablu– ciones o baños. Ponían sus bi~nes en común y realizaban duras peniten– cias. 5. El mundo pagano. Dios no necesitaba del mundo romano. Pero ha querido servirse de él como medio estupendo para extender el mensaje evangélico. Después de muchas guerras, Roma gozaba de una gran paz. Los hombres de buena voluntad podían viajar tranquilamente por todo el mundo roma– no, sin ser molestados. Roma dio unidad a una gran parte del mundo entonces concc;ido, facilitó las comunicaciones y respetó las diversas religiones de los pueblos conquistados. No había fronteras, y los heral– dos del evangelio podían recorrer, en todas las direcciones, ese inmenso mundo romano. En •el aspecto religioso, muchísimas gentes del imperio anhelaban de corazón una religión que les trajese la paz verdadera. Los dioses y su culto no satisfacían el corazón de los hombres. Se buscaba algo' más. La mirada se dirigía hacia Oriente, esperando que llegase de allí la ver– dadera luz. 6. Expectación del Mesías. Si los pueblos paganos del imperio suspiraban por un salvador, que les diera la paz y les hidera conocer a Dios perfectamente, los judíos se– guían esperando el Mesías prometido desde antiguo. Con todo, muchos soñaban con un Mesías guerrero, rey temporal, que librase a Israel de las manos enemigas, dándole el dominio sobre todos los pueblos de la tierra. Pocos eran los ,que esperaban al Mesías como en realidad fue: como Siervo paciente, que carga sobre sí los pecados de todos los hom– bres, como cordero y pastor bueno, como maestro que enseña con su doc– trina 'Y su ejemplo el camino del cielo. Y, sin embargo, esto era lo que 11ealmente necesitábamos los hombl'es. Dios salió a nuestro encuentro para redimirnos con su sang11e preciosa, para hacernos hijos suyos y of.recernos la herencia del oielo. Y todo •esto se realizó en Crísto Jesús, verdadero Hombre y verdadero Dios. PARA TU VIDA Una idea: El pueblo de Israel, siempre tan perseguido, es el pue– blo escogido por Dios para p11eparar los caminos del Mesías. 134
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