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1 CAUTIVIDAD DE BABILONIA (587-539 a., de Cr.) Esta lección comprende un pe.túodo muy importante en la hls– torla sagrada. Jerusalén y las ,principales ciudades de Judá habían sido destruidas, el Templo había sido arrasado, la mayor parte del pueblo llevado cautivo a Babilonia. ¿Todo había terminado? ¿Los planes de Dios habían fracasado? No. Dios continuaba al lado de · su pueblo, y lo acompañó en su destierro. Allí suscitó profetas 'extraordinarios que mantuvieron y .aviva– ron la fe y las grandes esperanzas de los cautivos. Muchos reco– nocieron su pecado y aceptaron su cautividad como expiación por los pecados propios y por los pecados del pueblo entero. De la vida de los que quedaron en Judea nada o casi nada sa– bemos. De los cautivos en Babilonia, muy poco también. Con todo, conocemos los escritos de dos grandes profetas, cuyo mensaje pro– fético, de suma importancia, se dirige precisamente a los cautivos. Son Ezequiel y el autor de la segunda parte del libro de Isaías, cuyo nombre desconocemos. El .lil::>ro de Daniel nos habla de un cautivo famoso, llamado Daniel, dotado de una gran sabiduría y de una gran fidelidad a la Ley de Moisés. Daniel interpreta sueños, visiones y palabras ex- .· trañas. 1. Situación de los cautivos, A Babilonia habían sido llevados cautivos los elementos mejores y más influyentes de la población. Así se evitaban posibles levantamientos en Judea contra las autoridades ·babilónicas. Los cautivos fueron colo– cados en colonias, bajo vigilancia. Con todo, disfrutaban de una cierta libertad: podían reunirse, levantar casas, trabajar en el campo y, rnás 8.-Rell¡¡16n..1.~
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