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Los sucesores de J eroboam siguieron su mal ejemplo. Y la idolatría ya no desapareció más del _reino de Israel. El peor de todos los suce– sores de Jeroboam fue Ajab, que introdujo y propagó el culto a Baal, falso dios de los cananeos. 3. Los Profetas. Para oponerse a tanta idolatría y pecado, Dios suscitó en este tiempo muchos y grandes profetas. Los profetas son hombres llenos de Espíritu Santo, que hablan al pueblo en nombre de Dios. Su ,misión era importantí– sima : recoDdar a las gentes de Israel! y Judá la alianza que habían hecho con Dios, denunciar públicamente los pecados de los reyes, prfocipes, po– derosos y pueblo sencillo, proclamar los castigos que Dios tiene prepara– dos si los hombres no se convierten, mantener la esperanza en el Mesías Salvador del ninndo. Por su fidelidad a Dios y ,por su lucha contra el pe– cado, los profetas fueron perseguidos, calumniados, encarcelados y mu– chos de elilos murieron entre •tormentos. La Biblia nos conserva los escritos de algunos profotas. Pero fueron muchos más los que, hab1endo predicado en nombre de Dios, no dejaron nada escrito. Entre éstos sobresalen Elías y Eliseo. Los profetas escrito– res se suelen dividir en dos· clases: profetas mayores (Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel) y profetas menores (Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Mal.a.quías). Con todo, algunos de estos escritos no son propiamente libros profé– ticos, como por ejemplo Daniel y Jonás. El libro de Daniel, aunque con– tiene algunas profecías, es má~ bien un escrito apocalíptico, en el que se narra la historia de forma extraña, por medio de visiones y sueños, y usando símbolos raros. Jonás tampoco debe ser considerado como un escrito propiamente profético. Es más bien una historia edificante, en ,la ,que se narran las aventuras de un profeta llamado Jonás, y quiere enseñar una verdad muy importante: que la salvación no es sólo para el pueblo ju– dío sino también para todos los hombres. 4. Profetas de Israel: Amós y Oseas. Los únicos profetas del reino del .Norte cuyos escritos se conser– van son Amós y Oseas. Vamos a estudiar brevemente lo principal de su mensaje doctrinal. .. Aniós. Eran fos ti,empos de Jeroboam II (783-743), tiempos prósperos para el reino del Norte, de mucho comercio y muchas ganancias. Pero mientras una parte de la población se enriquecía y se divertía excesiva– mente, había muchas familias que vivían •en la mis ~ria. En. estas circuns– tancias se presentó en el I'eino del Norte el profot, Amós. Hasta el mo– mento de su vocación, se había dedicado a cuidar c. vejas, en los alrede– dores de Técoa, en Judá. Pero un d(a escuchó la vm de Dios, voz como rugido de león, ,que le ordenó ir a Samaría y anunci r al pueblo entero 98
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