BCCCAP00000000000000000000935

3.-La Misa, verdadero sacrificio La Misa, al renovar la Cena del Señor, renueva también el acto redentor de Cristo en la Cruz . Este acto redentor fue un verdadero sacrificio, es decir, que Jesucristo, al morir, se ofreció a Dios en un acto de culto externo en nombre de la humanidad. Con ello reconocerá el supremo dominio de Dios y le compensará por los pecados de los que quieren reconocer prácticamente su soberanía. Escribe San Pablo: «Caminad en caridad como Cristo, que nos amó y se entregó a Dios por nosotros en oblación y sacrificio de agradable olor» (Ef 5 , 2). La Misa es verdadero sacrificio, porque en ella se hace presente Cristo en estado de víctima inmolada. Anuncian la muerte del Señor hasta que El venga. 84

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz