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Existencia y salvación: todo empieza en Dios. Pero Dios no se olvidó de los hombres ni los condenó para siempre . Siguió invitando a volver a su amistad y permaneció en su intención de enviar al mundo a su Hijo. El Hijo de Dios se hará hombre como nosotros y nos salvará .haciéndonos como El, hijos de Dios. 4.-EI Pueblo de la promesa La promesa del Mesías Salvador la dejó oír Dios de modo especial en un pueblo, el judío, en que nacería después Jesús, Salvador del mundo. El padre del pueblo judío fue Abraham, que «al ser llamado por Dios, obedeció y salió sin saber a dónde iba» (Heb 11, 8) . Por indicación de Dios se instala en Canán (Palestina) y sigue siempre obediente a las inspiraciones del Señor. Abraham es llamado «padre de nuestra fe», porque su fe en el Dios único, vivo y verdadero, que iba a salvar al pueblo en Jesucristo, es también nuestra fe . El pueblo judío (o de Israel) fue luego a Egipto, cayendo en es– clavitud. 6 Dios le sacó de allí por Moisés, su enviado, «con brazo fuerte y mano extendida», es decir, de un modo prodigioso.
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