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.6. -El bautismo es la puerta para pertenecer a la Iglesia Jesús mandó a sus apóstoles que bautizaran a todos: «Id, pues, enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28, 19). Así lo predicó San Pedro el día de Pentecostés: «Arrepentíos y bautizaos en el nombre de Jesucristo para remisión de vuestros pe– cados» (Hech 2, 38). Y de hecho, muchos «recibieron su palabra y se bautizaron, y se convirtieron aquel día unas tres mil almas» (Hech 2, 41 ). ' El bautismo imprime carácter, es decir, deja para siempre en el alma la seña l de Cristo, aunque se dese1te de la Iglesia y se reniegue de Jesucristo. 'Será una señal im ,orrable de los derechos de Cristo sobre el alma bautizada. Franciso de Asís es una maravi– lla de la gracia: en los santos florece con especial lozanía la vida de la gracia.