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-Amigo -le dijo el v1s1tante-, ¿qué te pasa? ¿Por qué lloras? Luis Veuillot pareció volver en sí de un éxtasis, y por toda respuesta alargó el libro a su amigo y dijo: -Lee ... El hombre que lee esta página y no llora, no tiene corazón . Era la parábola del hijo pródigo; aquella parábola que contiene el más tierno y delicado retrato que de su misericordia nos dejó Jesús. También yo os invito a leer, no ya esta página del Evangelio, sino en el mismo corazón de Cristo, que al cabo de veinte siglos sigue llamando a todos los hijos pródigos del mundo con esta promesa: «Los pecadores hallarán en mi corazón el manantial y el océano infi– nito de misericordias.» El pecador que lee estas palabras dulcísimas y no llora y se convierte, no tiene corazón. APLICACION A LA VIDA 60 Una reflexión: Todos los días tengo que volverme a Dios para no dejarme guiar por el egoísmo, que es una conversión al revés. Un propósito: Le pediré siempre al Señor que me ayude para que mi entusiasmo por El sea mayor que mis pecados.
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