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5. Dios llama a la conversión 1.-Preguntando por el camino El hombre solo va por mal camino en la vida, no llegará nunca a la salvación. Es un pobre extraviado que necesita quien le guíe. La voz de Dios le invita a volver sobre sus pasos y unirse a Cristo, que vino al mundo para hacerse nuestro compañero de viaje . Ya en el A,tiguo Testamento llamaba Dios a los hombres: «Volveos a mí y yo me volveré a vosotros» (Zac 1, 3) . Jesús comenzó su predicación diciendo: «Convertíos, porque el Reino de Dios está cerca» (Mt 4, .17). Y los ap6st:Jles lo repitieron desde los primeros tiempos de la Iglesia. El día de Pentecostés sucedió un gran prodigio en Jerusalén . Los residentes en la ciudad -originarios de muchas partes del mundo– oyeron el ruido misterioso que acompañó a la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles. Y luego pudieron entender un inquietante discurso de Pedro sobre un hombre extraordinario, muerto y resuci– tado, de quien decían ser el Mesías. <<Al oírle, sintieron conmoverse su corazón y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: -¿Qué hemos de hacer, hermanos? Pedro les contestó: -Convertíos y bautizaos en el nombre de Jesucristo para remisión de vuestros pecados» (Hech 2, 37-38). 2.-La pregunta de Saulo También Saulo, que caminaba a la perdición persiguiendo a los cristianos, preguntó al Señor, que lo derribó con su luz en el camino de Damasco: «Señor, ¿qué quieres que haga?» Y el Señor le envió a Ananías, que le dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino que traías, me ha enviado pt1ra que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.» Al punto se le cayeron unas como escamas, y recobró la vista; y levantándose fue bautizado (Hech 9, 17-18). 52
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