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7.-Jesucristo, clave de la Historia El Concilio Vaticano 11 , en la constitución sobre la Iglesia en el mundo actual, confiesa a Cristo como «la clave, el centro y el fin de toda la historia humana» (n. 1O). - Clave es algo así como la pista para conocer el significado de de una cosa. La historia humana, con sus alegrías y dolores, sólo tiene un sig– nificado satisfactorio si la consideramos como un caminar hacia la luz de Cristo . - Centro es lo principal de una cosa, es a donde confluyen todos los elementos que la componen. Y Cri sto es el ser princ ipal de la creación, a donde confluyen o se dirigen los demás seres en busca de la perfección. - Fín significa aquí el motivo principal. (Por ejemplo, el fin o motivo principal de estudiar una carrera no es hacer un buen examen, sino desempeñar bien un oficio en la vida .) El fin o motivo principal de la existencia de las cosas y de los acontecimientos de la historia es también Jesucristo. Por eso, aunque al correr de los tiempos muchas cosas van pro – gresando y haciendo más cómoda y feliz la vida de los hombres, esa felicidad terrena no puede ser fin o motivo principal de la historia humana . Pues Dios nos llama a todos a otra felicidad más completa y eterna, que nos es dada a través de la muerte y resurrección de Jesucristo. 8.-Llamamiento universal La voz de Dios, invitando a los hombres a una vida de amistad con El para llegar así a la salvación, ha tenido en la historia expresiones concretas y limitadas: - En el Antiguo Testamento se dirige al pueblo escogido de Israel. - En el Nuevo Testamento la acción de Cristo casi se restringió directamente a las ovejas perdidas de Israel. Estas limitaciones de la llamada de Dios son el camino para llegar a todos los hombres. 20 El valor de la llamada divina para todo el mundo. la signi.fica Jesús cuando, al habl,ar a sus discípulos, les advirtió: «L o que a vosotros digo, a todos lo digo» (Me 13, 27) .
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