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18. El Señor vendrá 1.-La gloria de la manifestación final Jesucristo es «el Alfa y Omega», el principio y el fin. Está al principio de todos los caminos de los hombres. Pero sobre todo estará al final. La muerte de cada hombre y el fin de toda la humanidad será la llegada a los brazos de Dios, que será «todo en todas las cosas» (1 Co 15, 28) . Para el cristiano, lo definitivo, lo último, será la revelación clara de su condición de hijo de Dios . Escribe San Juan: «Carísimos, ahora somos hijos de Dios, aunque aún no se ha manifestado lo que hemos de ser. Sabemos que, cuando aparezca, seremos semejantes a El, porque le veremos tal cual es» (Jn 3, 2). La mayor seriedad de la vida humana es que en ella se prepara ese encuentro final. «Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloría de su Padre, con sus ángeles, y entonces dará a cada uno según sus obras» (Mt 16, 27) . «A los que han muerto en Jesús, Dios los llevará con El» (1 Tes 4, 14). «Entonces dirá el Rey a los que están a su derecha: Venid, benditos de mi Padre, tomad posesión del reino preparado para vosotros desde la creación del mundo» (Mt 25, 34). Este reino o vida nueva, en que entraremos con Cristo si hemos guardado fidelidad a su mensaje, será de maravillosa felicidad, que superará todos nuestros deseos. · «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni vino a la mente del hombre lo que Dios ha preparado para los que le aman» (1 Co 2, 9). 2.-La Ciudad Eterna En el iibro del Apocalipsis se describe la gloria eterna como una nueva ciudad santa de Jerusalén. 168

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