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17. Esperando la venida del Señor 1.-Mirando el porvenir Vivimos de ilusiones futuras. El niño dice: «Cuando yo sea mayor ... » El estudiante piensa: «Cuando acabe el curso ... Cuando apruebe la reválida ... Cuando termine la carrera ... » El sem inarista acaricia la idea: «Cuando yo sea sacerdote ... » El joven se entusiasma: «Cuando me case ... » Siempre estamos pendientes de una ilusión futura al pensar en nuestra felicidad . Pero las cosas llegan y pasan. Sólo hay una esperanza cuyo cumplimiento no será desilusión: el encuentro definitivo del justo con el Señor. 2.-La plenitud no ha llegado todav1a Jesucristo se hizo hombre; vivió entre nosotros. Murió por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación. Con la ascensión nos privó de su presencia sensible, aunque sigue misteriosamente presente entre nosotros. Pero la realidad de esta presencia no nos hace participar todavía en la realidad plena de la salvación. Nuestro encuentro definitivo con el Señor será cuando toda la luz de su verdad inunde nuestra inteligencia; cuando el gozo de su amor embriague nuestro corazón; cuando en el abrazo de la Trinidad -hijos del Padre en el Hijo por el Espíritu Santo- vivamos la vida eterna de Dios. 160 Hacia esto nos llama el Señor y hacia esto peregrina por el mundo el pueblo de Dios. «Estas son las palabras fíeles y verdaderas, y el Señor, Dios de los espíritus de los profetas,. envíó su ángel para mostrar a sus siervos las cosas que están para sucederpronto» (Apoc 22, 6).

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