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y piadosa, que me pareció que te preparabas para ingresar en un convento. -Me iba a casar muy pronto y por eso me esforzaba en la piedad y en el fervor -respondió la joven-. Para mi nuevo estado es indis– pensable la gracia divina. Los deberes del matrimonio no son cosa sencilla. APLICACION A LA VIDA Una reflexión: El matrimonio, lo mismo que la vida, no puede tomarse como una diversión, aunque ofrezca momentos de felicidad. Quien entre en él, lo ha de tomar como una misión cristiana a la que no se puede renunciar el día en que se exija sacrificios. Un propósito: Mirando hacia el matrimonio o renunciando a él en otra vocación, consideraré siempre mi vida como un estado de servicio a Cristo y a los demás hombres. 142·•·.

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