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5. --La Iglesia está al lado de los que sufren La acción sacramental de la unción de los enfermos expresa el amor de Dios y la solicitud de la Iglesia por los cristianos que luchan con el dolor. El enfermo tiene derecho a que el sacerdote le visite y le conforte. Pero el sacerdote es representante, no sólo de Cristo, sino también de todos los hermanos cristianos que han de orar por los atribulados. Santiago recomienda a los fiel es : «¿Alguno entre vosotros enferma? Haga llamar a los pres– bíteros de la Iglesia, y oren sobre él, ungiéndole con óleo en nombre del señor, y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor le aliviará, y los pecados que hubiere cometido le serán perdonados» (San 5, 14-15). 6. -la eficacia sacramental de la unción La presencia de Cristo por la acción sacramental en el espíritu del cristiano enfermo hace que los padecimientos del «miembro» dolorido se asocien de modo íntimo a los que El, la Cabeza de todos, sufrió para salvarnos. La fuerza de este sacramento hace que la muerte del cris– tiano sea, como la de Cristo, un paso hacia el Señ.or. «Injertados en El por la semejanza de su muerte, también lo seremos por la de su resurrección» (Rm 6, 5). Para lograr esta semejanza con Cristo, la virtud sacramental de la unción -expres ión de la suavidad de la gracia- limpia la enferme– dad del pecado y los afectos no puros que llevan al mismo. También se fortalece el espíritu para sufrir la purificación que prepara al encuentro definitivo con el Señor. 7. -Anuncio de la victoria de Jesús sobre el pecado y la muerte La unción es una consagración nueva del cristiano enfermo. Se hace signo del Señor, que triunfa sobre el pecado y sus conse– cuencias, especialmente la muerte. - Si el que recibe la unción logra con su fortalecimiento espiritual recobrar la salud material, se significa en ello la salvación sobrenatural. 120

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