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12. Un sacramento para la hora de la enfermedad 1.-Jesús tomó sobre sí mismo el dolor y la muerte de los hombres El dolor está cas i identi fi cado con la vida en este mundo. Todo hombre tiene que sufrir de diversas maneras. La inseguridad propia y la preocupación por aquellos de quienes somos responsables, hacen que no haya momento de plena felicidad para el hombre reflexivo. Jesús aceptó la responsabilidad de ofrecer a los hombres la sal– vación . Para ello tomó sobre sí el dolor y la muerte, haciendo de las dos cosas más temibles para el hombre un instrumento de salud sobrenatural. 2.-Jesús quiere librarnos de la enfermedad y la muerte El do lor y la muerte de Jesús no significan que el Señor convir– tiera en bien apetecib le lo que los hombres consideramos malo. En su vida mortal Jesús se compadeció siempre de los enfermos y de los que sufrían . «Todos cuantos tenían enfermos de cualquier enfermedad, los llevaban a El, y El, imponiendo a cada uno las manos, los curaba» (Le 4, 40). Su poder sobre el dolor y la muerte es un argumento de su mesia– nidad para los discípulos de Juan el Bautista, que fueron a preguntar a Jesús si era El el Mesías. 118 «En aquella misma hora curó a muchos de sus enfermedades y males y de los espíritus malignos, e hizo gracia de la vista a muchos ciegos» (Le 7, 21 ).

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