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XII La vida del cristiano es crecimiento en el amor mediante una continua conversión a Dios. El hombre, peregrino del cielo en su carrera terrena, experimenta una crisis en la enfermedad corporal. En ese momento se ofrece Jesucristo al hombre por el sacramento de la unción de los enfermos. Este sacramento es una prolongación de la confirmación y la penitencia: - es perdón de los pecados y - fuerza decisiva para morir y resucitar. La «unción» es imagen de la suavidad de Dios, que viene a allanar todas las dificultades acumuladas por el pecado en nuestra vida, en el corazón mismo de este suceso: el decaimiento físico y la muerte, a fin de que seamos capaces no sola– mente de soportarla como una necesidad, s~no de hacer de ella un acto /ibr,e, primicia de la resurrección . (B. Brn}. 1.17

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