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LECTURA La historia del tío Antón El tío Antón, arriero ordinario entre Pozoblanco y Córdoba, se ganaba la vida haciendo los encargos que le mandaban. Era muy fiel a los encargos, pero un poco desconfiado. La víspera de cada viaje, sentado junto a su mesa, iba apuntando cada encargo en un papelito y ponía encima de cada uno el dinero que le daban . Cuando terminaba de escribirlos, soplaba con fuerza y revoloteal::>an por el cuarto los papelitos que no tenían dinero enc ima. Los que quedaban sobre la mesa los echaba en las alforjas. Ya de vuelta de su viaje, le decía una mujer: «Tío Antón, mi escoba aque lla que le enca rgué que fuera fu erte y ba rata ... » «¡Caramba ! -respondió él- el viento se debió llevar el papelito en que tomé la apuntación .» Y daba la casualidad de que el viento se llevaba todos los pape – litos a los que faltaba el peso del dinero. ¿No pasa esto en nuestras confesiones? Padre, me acuso de esto; Padre, me acuso de aquello ... Pero como no se pone encima de estas palabras el peso del propósito de la voluntad, las palabras se las lleva el viento, porque el diablo sopla en ellas y no llegan a Dios. APLICACION A LA VIDA Una reflexión : El sacramento de la Penitencia no es una dificultad en nuestras relaciones con Dios, sino una faci– lidad para percibir la oferta del perdón divino y el amor de la comunidad eclesial. Un propósito: Veré en mi confesión y en la de los otms un signo eficaz del perdón de Dios y del perdón mutuo. 115

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