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11. La penitencia, sacramento de la conversión 1.-Jesús perdonaba los pecados por ser Dios J esús daba la paz y la grac ia a t odos los que se acercaban a El co n buena vo luntad . Unos iban por propio impulso, como la mujer pecadora que se echó a sus pi es. Otros eran llevados, como el paralítico al que colocaron ante Jesús, bajándole desde el techo de una casa . Otros eran llamados por el Señor, como Zaqueo cuando se subi ó a un árbo l para ver pasar a Jesús. Para todos tenía Jesús pa labras como éstas : «Hoy ha venido la salvación a esta casa» (Le 19, 9) . «Tus pecados te son perdonados» (Mt 9, 2; Le 7, 48). Los judíos se escandal izaba n. ¿Quién podía , sin ser Dios, atribuirse un poder divino, como el de perdonar los pecados? Su mente estaba cegada para caer en la cuenta de que Jesús era el Hij o de Dios, con los mismos poderes que su Padre . Y Jesús se lo demostró con un mi lagro. «Para que veáis que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra poder de perdonar pecados - dijo al paralítico- : Levántate, toma tu lecho y vete a tu casa» (Mt 9, 6) . 2.-Jesús confió a la Iglesia el poder de perdonar pecados A veces, ofendemos a personas queridas, por ejemplo, a nuestra madre, y sentimos luego pesar de habernos portado mal. Y no nos vuelve la alegría completa hasta que no oímos de sus labios que nos perdona y que no nos lo toma en cuenta . Jesús quiso que todos los hombres tuviéramos la alegría de oír que se nos perdonan los pecados. Para ello dio potestad sacrament al a su Ig lesia de perdoi:iar los pecados en su nombre. 11 O

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