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Esta alegría de Dios se simboliza en el gozo del padre del hijo pródigo, cuando éste regresa a la casa paterna: «El padre dijo a sus criados: Pronto, traed la túnica más rica y vestídsela, poned un anillo en su mano y unas sandalias en sus pies, y traed un becerro bien cebado y matad/e, y comamos y alegrémonos, porque este mi hijo, que había muerto, ha vuelto a la vida; se había perdido y ha sido hallado . Y se pusieron a celebrar la fiesta» (Le 15, 22-24). Pero Jesús vino, no sólo a llamar a los pecadores a penitencia (Le 5, 32), sino que «fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación» (Rm 4, 25). Sería una locura imperdonable dudar de la buena disposición de Dios para con los pecadores . · «Dios quiere que todos los hombres se salven y vengan al conocimiento de la verdad» (1 Tim 2, 4). Y a los que llegan a El, «no los abandona si ellos no le dejan a El», como dice el Concilio de Trento, citando a San Agustín. DIALOGO Y REPASO 1) No es lo mismo tener tentaciones que pecar. ¿Sabrías expresar claramente esta distinción? 2) ¿Por qué el pecado es el mayor mal del hombre? 3) ¿Por qué no tienen razón los que desesperan de la miseri– cordia de Dios? LECTURA Por amor del padre A un estudiante de quince años de edad empezó a dolerle una pierna. Llamaron al médico y éste, con gran espanto de los padres, descubrió las caries de los huesos. -No queda otro remedio que amputar la pierna -dijo el médico. -¡ No, no! -exclam& el enfermo-; prefiero morir. Durante semanas y semanas le suplicaron, pero la respuesta era siempre la misma: «i No y no !» Un día su padre se arrodilló ante su cama y le dijo: 106
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