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Duodécimo domingo Jeremías 20, 10-13. Romanos 5, 12-15. Mateo 10, 26-33: "Por eso no tengáis miedo, no hay comparación entre vosotros y los go– rriones". EL PODER DE LA CONFIANZA Hace algún tiempo, al pasar por la pequeña pantalla, la obra de Arniches: "El padre Pitillo", millones de espa– ñoles se deleitaron con las aventuras y desventuras de ese cura entrecano y fumador. Sin duda la conciencia social hubiera pedi– do más, pero el padre Pitillo tenía ese saber estar en su puesto. La conciencia de saber cumplir el deber, aunque se pierda la vida, porque persistió en el cumplimiento del deber, de obrar según conciencia, le mantuvo en pie contra todas las obras maquiavéli– cas que tramaron contra él. Cristo, en el Evangelio de este domingo, exhorta a sus discí– pulos, precisamente a la confianza en Dios. A saber cumplir con su deber, aunque se pierda la vida, porque existe otra vida supe– rior contra la cual nada pueden los poderes del mundo. Propone tres motivos para no tener miedo: 1 :: el reino de Dios se va a manifestar. Leyendo los "Hechos de los apóstoles", que nos narran el desenvolvimiento de la Iglesia en medio de cruentas difi– cultades nos damos cuenta que la meta del reino de Dios, la pron– ta venida de Cristo era algo que sostenía a aquellos primitivos cristianos. Sin duda llegaron a pensar que el fin del mundo estaba próximo, que Cristo se iba a aparecer de un momento a otro, y eso les daba arrestos. S:n pensar bien en la misma palabra del Señor de "que el reino de Dios dentro de vosotros está". El segundo motivo, ya indicado, es el de que solo Dios, que 92