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Séptimo domingo Levítico 19, 1-2. 17..18 I Corintios 3, 16-23 Mateo 5, 38-48: "Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y calumnian". LO DIFICIL ES LO QUE VALE -Perdóname, amigo. -No te apures. Todos tenemos mucho de qué perdonamos. Poco más o menos este fue el diálogo entre dos hombres, amigos, que se habían ofendido. Al fin tuvieron la valentía, la hombría de perdonarse. De dar ese paso, a veces tan difícil, de ser el primero que pide pE,rdón. ¡Cuántas murallas le– vantadas por el orgullo, el honor, ante amistades antes muy pro– fundas! -El fue el que empezó, que sea él. .. Juegos de niños que dividen a los hombres. Por eso repetimos que consideramos una hombría el saber pe– dir perdón, el humillarse para eso que debiera ser tan habitual en los cristianos. No hemos leído bien el evangelio de hoy. Tenemos esto y mu– cho más en el sermón de la montaña y en todo el Evangelio. Po– demos leerlo allí. Pero esto de hoy es bastante para que examine– mos nuestro cristianismo. Que somos cristianos no lo duda nadie. Nosotros menos que nadie. Ahí está mi fe de bautismo, ahí están mis parientes y mis vecinos y mis amigos y mis enemigos que me conocen bien y sa– ben, de toda la vida, que yo soy cristiano. Y de los buenos. Pues a lo mejor, amigo, Cristo .no nos juzgaría lo mismo. Y lo digo en plural porque muy pocos tenemos metido en la cabeza eso que Cristo trató de meter con una lógica aplastante. El perdón de los enemigos es la piedra de toque para saber si somos cristianos, auténticos cristianos. Ser cristianos es amarse los unos a los otros, sin discriminaciones. Es la señal que El mis– mo ha dado. Si eso falla, falla todo. 82
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