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Sexto dominqo Eclesiástico 15, 16-21 1 Corintios 2, 6-10 Mateo 5, 17-37: "Os lo aseguro: si no sois me– jores que tos letrados y fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos. YO SOY REBELDE "Yo soy rebelde porque el mundo me hizo así. .. ", dice una canción actual. Pues, no. Eres rebelde porque tienes dieciocho años. Y la razón de la rebeldía hay que buscarla, sobre todo, en la edad. Esto no es de ahora. Es de siempre. Hace más de veinticinco años que escribió Marañón en uno . de sus célebres ensayos: "Y ahora nos toca comentar la juventud y su deber fundamental: que es la rebeldía. A muchos sorprende· rá -tal vez escandalizará a algunos- que consideremos la rebel– día como un deber. Lo cual equivale a considerarla como una vir– tud". Insiste: "Yo agrego ahora que, en efecto, el joven debe ser indócil, duro, fuerte y tenaz. Debe serlo, y si no lo es será indigno de su partida de bautismo". Me atrevo a firmar que sería indigno del Evangelio. Y más del Evangelio de este domingo. En él Cristo se muestra como un re– belde, no para destruir lo antiguo, sino para construir sobre él: "Habéis oído que se dijo a los antiguos ... , pero yo os digo". Y así hasta seis veces. Sobre temas tan actuales como el amor y ei odio, la justicia, el culto a Dios, la pureza, la salvación y la since– ridad. Virtudes que con otras palabras o con las mismas tratan de enarbolar los jóvenes en el mundo. Porque dicen que lo antiguo no vale. Que hay que comenzar desde cero. Que el juridicismo, los moldes viejos han ahogado a la humanidad. Añoran una libertad un sí es o no es romántica. Se equivocan -y ahí podemos encontrar la clave de su posi- 80

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