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Y hay una forma de dar testimonio cristiano actualmente al que toda sensibilidad está inmensamente abierta: el testimonio de servicio y ayuda a los demás. Por ejemplo, estamos ahora con la campaña contra el hambre en el mundo. No es que nosotros va– yamos a cerrar la boca a los hambrientos con el chusco• de pan que se pueden comprar con nuestra pequeña aportación. Ni que el ayuno voluntario -tan voluntario que muy pocos lo harían– del primer viernes de febrero nos dejaría tiritando de hambre pa– ra comprender el hambre de los demás. No. Se trata de lo siguien– te: En primer lugar, conseguir cierta cantidad de dinero para pro– mocionar esos países subdesarrollados. Impulsar al máximo la re– volución verde para que lleguen alimentos para todos y que no tengan que morir doce millones de niños precisamente de ham– bre, como sucedió el año pasado. De acuerdo que será una insig– nificancia. Y será una insignificancia porque nosotros queremos. Y estamos ya en la segunda parte de lo que pretende la susodicha campaña. Es justo despertar la conciencia social de los cristianos, por no decir la conciencia cristiana de los hombres. Porque a los cris– tianos hay que tallarlos con la medida del Evangelio, que es cari– dad. Y por eso me da pena tener que decir que nuestro cristianis– mo, a pesar de tanto bombo y platillo, debe de ser muy soso cuan– do la aportación de los españoles el año pasado para la campaña del hambre fue de 2,50, y en Francia de 58 ptas. por francés. Si las cosas son como decimos, si las matemáticas no fallan, y el Evangelio tampoco, ¿quién es más cristiano? Claro que Francia está a la cabeza, y España ¿a la cola? ¿Hay quien pueda dar me– nos? Y según las estadísticas, en España no han sido los ricos los que más han dado. En fin, es para meditar en el Evangelio y también en el escri– to del profeta lsaías que hoy nos recuerda la liturgia: "Esto dice el Señor: Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, viste al que ves desnudo, y no te cierres a tu propia car– ne. Entoncés romperá la luz como la aurora ... " ¡Si todos los cris– tianos fuésemos "luz del mundo!". 79
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