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Segundo domingo fsaías 49, 3. 5-6. 1 Corintios 1, 1-3. Juan 1, 29-34: "Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". ¿QUIEN ES QUIEN? No se trata de un anuario de hombres célebres. Ni de un calenda– rio de los famosos que se asoman a la pequeña pantalla. Se trata de que hace veinte siglos en el desierto de Judá -parece increíble- andaba esta pregunta de boca en boca. La expectación por el próximo Mesías que se barruntaba ha– bía subido a grados insoportables. Todos estaban dispuestos a se– guir a quien se proclamase líder. Muchos habían preguntado a Juan si él era el Mesías ... Por– que el Mesías tenía que estar entre ellos. Y fue cuando Juan le señaló diciendo: "Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo". Casi nada. Toda la Biblia está resumida en esta frase. Porque desde' que el hombre fue pecador -y lo fue en la aurora de la hu– manidad- se anunció un Redentor. Y cuando la espada exterminadora se levantó para castigar los pecados de los hombres, la sangre del cordero pascual empapan– do el dintel de las puertas israelitas fue el semáforo rojo que detu– vo el hierro cruel. Y los profetas, con sus voces broncas, anunciaron un Salva– dor como manso cordero ... Juan, el último de los profetas, proclama: "Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, por– que existía antes que yo". 72