BCCCAP00000000000000000000934

PAZ Segundo domingo de Pascua Hechos 2, 42-47. I S. Pedro 1, 3-9. Juan 20, 19-31: "Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a qui"en se los retengáis les que– dan retenidos". Paz: palabra sagrada, pero profanada en demasía. Palabra breve, pero de inmenso contenido. Palabra politizada y zarandeada en la feria de la vida, donde todo se compra y todo se vende. Todos los hombres grandes quieren ser portadores y portaes– tandartes de la paz. Todos los símbolos son buenos si llevan en la punta de sus labios la paz. Pero solamente Dios nos puede dar la verdadera paz. Cuando vino a la tierra en una noche que desde entonces llamamos Noche– buena, los ángeles se volcaron sobre la tierra para cantar: "Paz en la tierra a los hombres... " Y cuando Jesucristo -muerto y resucitado- se presenta a los hombres para despedirse de ellos, les quiere dejar como don su– premo la paz. No nos hemos fijado suficientemente que el regalo pascual de Cristo es justamente la paz. En la aparición a su apóstoles, que nos recuerda el Evangelio de hoy, repite insistentemente, en inten– ción divina la palabra paz. Es entonces cuando instituye el sacramento de la confesión, de la paz. Porque ahora, cuando la confesión ha entrado también en el engranaje de lo sacro revisable, será bueno volver sobre este sa– cramento bajo el aspecto que Cristo le quiso dar: el sacramento de la paz. 50

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz