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al Rey de los judíos. La fe en El vino después. Si muchos de esos jóvenes ven en Jesús meramente una Superestrella no es poco que se fijen en El. Para muchos será una noticia pasajera, para otros será un acontecimiento que cambie su vida. Jesús mismo reprendió a Juan el que hubiera prohibido hacer milagros en su nombre a unos desconocidos. "No se lo prohibáis. Pues nadie que arroje los demonios en mi nombre hablará más de mí. " Entre los seguidores de la "Revolución de Jesús", el milagro se ha hecho. Adictos a la droga, al amor libre, a la delincuencia ju– venil, han cambiado radicalmente de vida. Ya no toman drogas, vi– ven castamente, se sienten hermanos de todos los hombres... Se encuentran como "drogados por amor a Jesús". Podrá pasar co– mo una moda, según aseguran los pesimistas, pero aunque pase, de nuevo Jesús "ha pasado haciendo bien por la tierra". Hay otra sentencia de Jesús, en el Evangelio, que dice: "Por el fruto reconoceréis el árbol". ¿Qué decir de todo ese movi– miento de "Jesús Christ superstar"? Según cuentan las revistas que se han ocupado del caso, antiguas "cuevas" y "nigths clubs"don– de se consumía alcohol, drogas y sexo, se han transformado en "locales cristianos", llevan nombres de clara inspiración bíblica y se ha fundado una organización dedicada a difundir por todo el país las noticias de Jesús, y en más de cincuenta publicaciones se alcanzaron muchos millones de ejemplares. ¿Qué decir de todo eso?. Que a pesar de los muchos Herodes que han querido matar a Jesús, Jesús sigue vivo. Se habla de El. Sigue siendo signo de contradicción para muchos e imán divino para otros millones. Co– rno dice uno de los dirigentes del "movimiento": "Aun conociendo a Jesús, nadie te impedirá tornar drogas, si quieres segu:r tomándo– las. Pero ya no las necesitarás. Cuando seas cristiano de verdad, eso es lo que ocurrirá". Parece todo como una estrella que en medio de la noche de nuestra modorra cristiana, nos. despertase para decirnos: "Cristo está ahí, vive aún, te señala un camino, te espera". 29