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Solemnu!ad <le Santia~o f\ póstol 1 Corintios 4, 9-15 Mateo 20, 20-23 ¿POR QUE? Lo primero que nos preguntamos es ¿por qué precisamente el día de Santiago pone la Iglesia española el "Día Nacional de las Monjas de Clausura?" Me parece que es ir a la raíz del pro– blema, si decimos, que en este gesto, la Iglesia española recono– ce dos cosas: la primera, que la inmensa floración de vocaciones religiosas en nuestra patria es fruto de la semilla de la fe de San– tiago, y la segunda, que son precisamente las religiosas que oran constantemente, las que tienen que mantener esa fe en su prísti– na pureza. No descubrimos nada nuevo si aseguramos que las vocacio– nes son algo así como el termómetro de la religiosidad de una na– ción, e incluso de una ciudad o familia. Esto es más verdad, des– pués del Concilio, que incluso antes. Pues, en el documento con– ciliar sobre los religiosos, se dice lo siguiente: "Los padres, por la cristiana educación de sus hijos, deben cultivar y proteger en sus corazones, la vocación religiosa". Una responsabilidad y un ho– nor. Por otra parte, no descubrimos ningún Mediterráneo o nin– gún documento oculto -como se preciaba "Iglesia-Mundo" no hace mucho- si decimos que, hoy, la fe está en crisis también en nuestra patria. Quizá porque no hacemos lo debido en acomo– dar la fe al signo cambiante de los tiempos, en lo que la fe tiene de cambiante. Es algo así corno un traje que se ha quedado pe– queño. Y se corre también el riesgo de que, el querer acomodar ciertas cosas, se venga abajo todo. Son tiempos difíciles. Se ne– cesita más que nunca la ayuda de la gracia, la luz del Espíritu 146

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