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fa deuda y supiese 10 que era bueno. Y concluye Cristo: "Lo mi~– mo hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano". Se ve claro que Cristo hace referencia a esa deuda infinita que nosotros hemos contraído con nuestro Padre celestial. Infinita porque -según se dice, y bien está si bien se entiende- es infi– nita la ofensa por razón del Dios al que se ofende. En su compara– ción las ofensas de los hombres a los hombres tienen mayor des– proporción que las dos deudas. de la parábola. Cristo nos manda perdonar las ofensas que se nos hacen. Esa es una ley evangélica de caridad. Y aunque cueste, por ello tenemos que pasar si queremos ser cristianos auténticos y rezar con sinceridad el padrenuestro, donde Cristo con toda la "mala" intención del mundo -y valga la mala intención de la frase- puso aquello de "perdónanos nuestras deudas así como nosotros per– donamos a nuestros deudores". Así como ... Tanto cuánto. Ley de vasos comunicantes. Si per– donamos mucho, mucho se nos perdonará. Si poco, poco. Si no perdonamos, Dios no nos puede perdonar, porque estamos come– tiendo el peor de los pecados: el pecado contra la propia ley del amor, que condensa todas las leyes divinas y humanas. Dios nos ha perdonado nuestros pecados. Nos perdona siem– pre que pedimos perdón. Conocedor de nuestra innata fragilidad instituyó un sacramento que es el que más se puede recibir. El sacramento del perdón ... ¿Por qué no vamos a perdonar nosotros? ¿Cuántas veces tendremos que perdonar? ¿Hasta siete veces? Es– ta fue la pregunta de Pedro, y a él y a nosotros nos parece que ya está bien. Pero Cristo responde con una frase que significa siem– pre: "No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete". Bien claro que únicamente vale el perdón cuando se da el arrepentimiento, porque a los hipócritas ni Dios les perdona. Y el Evangelio no nos manda ser tontos, ni pobres hombres. Pero pien– so que si en tantas reformas como se han hecho en la Iglesia es– pañola, no se ha modificado la expresión un poco anticuada del padrenuestro, es, sin duda, por la referencia tan clara que hace a la parábola de este domingo. Parábola que debemos meditar y aplicar a nuestra vida, porque para nosotros fue escrita. 117
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