BCCCAP00000000000000000000933

Segundo domingo «No os poseeéis en propiedad, por que os han comprado pagando un precio por vosotros. Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo!» (1 Cor. 6, 19-20). ¡CONTAMOS CONTIGO! El «slogan» es de sobra conocido por todos. Trata de conseguir atletas de músculos capaces de derribar toda clase de marcas. ¡Triunfar y recibir medallas! O al menos participar. Para conseguir el premio los atletas se imponen toda suerte de sacrificios. Se nos ha hablado, al presentarnos a uno de los depor– tistas del año, de sus madrugones para poder entrenar entre las nie– blas del Carrión a campo través ... Todo ese culto olímpico al cuerpo nos parece maravilloso, aun– que sea para conseguir un galardón fugaz. Pero de ese culto se ha pasado a otro culto semipagano, por no decir pagano del todo, cuan– do se afirma que es lícito todff lo que el cuerpo pide. Aunque las ideas parezcan muy modernas. Muy ultras ... Son tan antiguas como el mundo y las pasiones de los hombres. Resulta que ya San Pablo, hace veinte siglos, tuvo que combatirlas. Así que de modernas, nada. El apóstol combate las ideas que los corintios tenían sobre la for– nicación. Ideas auténticamente paganas: «El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor para el cuerpo», dice San Pablo. 70

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz