BCCCAP00000000000000000000933
«Queridos: ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es» (1 In. 3, 1-2). UNA COSA MUY SERIA Querido amigo: ¿No te parece una cosa muy seria el que nosotros seamos hijos de Dios? Y no es exageración. Lo somos en verdad. Con esa convicción rezamos el padrenuestro. Pero resulta que esta nuestra filiación llegará a su plenitud -nos lo recuerda San Juan- en su día y en su hora. Esto de aquí es el ini– cio meramente. Por eso algún artista con el alma tensa, cual ballesta disparada ha- cia el infinito, ha cantado: «Soy un viajero, la tierra es una estación donde todo el mundo llega, de donde nadie sale. Yo soy de otra vida, yo soy de otra fe. Yo no quiero salir para ninguna parte, yo no soy de aquí y soy de otra edad, yo soy de otra vida, soy de otra fe; cuando pienso en partir para el larguísimo viaje, no es para morir, sino para volver a casa. Mi país, yo lo sé, se encuentra en el espacio al fondo del Universo, al borde del infinito, más grande que una patria, más pequeño que una plaza; ahí tenéis mi verdadero país, el país de donde soy.» (Michel Conte, autor-compositor.) Aunque me gusta el poema-canción, no puedo estar de acuerdo. Pues esa otra vida, que no es un mero sueño poético, no está desga- 52
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz